Inequidad, desigualdad social, son algunas de las situaciones que Guatemala ha tenido desde mucho tiempo atrás y es una de las razones del por qué una parte de la población guatemalteca no cuenta con servicios básicos como lo son el agua, servicio de luz, y también servicio médico.
La falta de atención primaria por el continuo desinterés de la financiación del sector, ha dejado en el olvido a comunidades rurales que muestran altos índices de desnutrición crónica, así también de mortalidad materna. Uno de los ejemplos que se pueden usar para dejar en evidencia el limitado acceso a la salud, es son los porcentajes de niños menores de 5 años que padecen de desnutrición crónica, cuyo dato es el 46.5% como promedio nacional, pero en Huehuetenango y Quiché pueden llegar a 60% a 70%. (Ana Lucía Ola, 2019)
La salud es una obligación del Estado para ofrecerle al pueblo, sin embargo en muchas regiones se es dependiente a los oenegés, siendo así una situación no sostenible debido a que estos servicios son limitados y además no institucionalizado. En 2015 se redujeron en aproximado el 66.5% de estos oenegés en el país, situación que dio origen a pueblos sin ningún tipo de atención.
En las zonas que se han presentado estas situaciones de incumplimiento por parte del Estado en la atención primaria de salud, se nota que son poblaciones de alta proporción rural e indígena, situación que deja en evidencia la falta de esfuerzo por combatir la discriminación en contra de estos grupos de poblaciones que se encuentran en el territorio guatemalteco.
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