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Semana 14, Pablo Noé Michicoj Alonzo

 La prevención de la enfermedad es la acción que normalmente se emana desde los servicios de salud y que considera a los individuos y a las poblaciones como expuestas a factores de riesgo identificables, que suelen ser con frecuencia asociados a diferentes conductas de riesgo de los individuos. La prevención implica promover la salud, diagnosticar la enfermedad y tratar oportunamente al enfermo, así como rehabilitarlo y evitar complicaciones o secuelas de su enfermedad, mediante sus diferentes niveles de intervención. Las medidas orientadas a evitar la aparición de una enfermedad o problema de salud mediante el control de los factores causales y los factores predisponentes o condicionantes. Llamado también nivel primario, está encaminado a disminuir o eliminar la cantidad o calidad de los factores de riesgos presentes en la comunidad, a través de la promoción de la salud y con la ayuda de la protección específica, como la educación para la salud que incluya elementos necesarios para los estilos de vida saludables, condiciones adecuadas para la vivienda, el trabajo y la recreación. En la prevención secundaria, el diagnóstico temprano, la captación oportuna y el tratamiento adecuado, son esenciales para el control de la enfermedad. Lo ideal sería aplicar las medidas preventivas en la fase preclínica, cuando aún el daño al organismo no ha avanzado y, por lo tanto, los síntomas aún son inaparentes. Lo anterior es particularmente importante cuando se trata de enfermedades crónicas. 

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